viernes, 18 de julio de 2025

EL TABLERO CONTINENTAL Y LA OPERACION BOLIVIA:
la campaña de Andrónico y el regreso de una maquinaria transnacional

Por Hernán Terrazas De Alencar

La carrera presidencial boliviana de 2025 se está desarrollando en un contexto mucho más amplio que la mera competencia entre candidatos. Lo que está en juego no es solo el futuro político de Bolivia, sino su lugar dentro de una arquitectura de poder continental impulsada por bloques ideológicos con intereses transnacionales. En este ajedrez geopolítico, Bolivia se ha convertido en una pieza demasiado valiosa para que los actores de poder que hoy controlan ciertos gobiernos del hemisferio —alineados bajo las estructuras del Grupo de Puebla y el Foro de São Paulo— permitan perder el control de un país que ya consideran “propio”.

Bajo la tutela política e ideológica de referentes como José Luis Rodríguez Zapatero, en España, Claudia Sheinbaum en México, Lula da Silva en Brasil y Gustavo Petro en Colombia, se ha consolidado una red de influencia que trasciende las fronteras nacionales. Esta estructura opera con métodos coordinados de comunicación política, control institucional y movilización electoral. Su eje de acción en Bolivia tiene nombre y apellido: Antoni Gutiérrez-Rubí, el estratega español que ha sido pieza clave en las campañas de Sheinbaum y Petro, y que hoy dirige silenciosamente la campaña de Andrónico Rodríguez, figura emergente del ala más dura del evismo.

La participación de Gutiérrez-Rubí no es una anécdota. Su presencia en Bolivia debe ser leída como una señal clara de que el Grupo de Puebla no permitirá perder influencia en un país que representa una bisagra geopolítica entre la Amazonía, los Andes y el Cono Sur.

La maquinaria electoral heredada del 2020

Tras el fraude documentado en las elecciones de 2019, se anunció una "renovación" del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Sin embargo, como revelan diversas fuentes, lo que cambió fueron los nombres de la cúpula, no la estructura funcional ni operativa. Muchos de los técnicos y operadores clave que facilitaron el fraude de 2019 nunca salieron del sistema. Esa misma red —discreta pero activa— fue la que acompañó la victoria de Luis Arce con un 55% de votos en 2020, en una elección aún cuestionada por sus irregularidades estadísticas y su opacidad en la transmisión rápida de resultados.

Hoy, cinco años después, esa estructura no ha sido desmantelada. Por el contrario, ha ganado eficiencia. Y lo más grave: ha sido reforzada mediante la creación de asientos electorales duplicados, un mecanismo que distorsiona el peso del voto rural y permite la multiplicación artificial del padrón. Este hecho fue denunciado recientemente, sin embargo, figuras clave de la oposición como Jorge Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina GUARDAN SILENCIO, generando sospechas de una posible neutralización o entendimiento tácito.

Las intenciones de voto internas manejadas por el Ministerio de Gobierno sitúan a Andrónico Rodríguez en torno al 14% real. Sin embargo, la maquinaria electoral que ya está en marcha apunta a fabricar un resultado del 44%. ¿Cómo lograrlo sin generar alarma pública? A través de un viejo recurso: el "voto oculto". Según esta narrativa, los votantes "indecisos" —que representan actualmente cerca del 30%— se decantarán mágicamente por Andrónico en la jornada electoral, una coartada estadística que permitirá validar un resultado prefabricado.

Esta táctica ya ha sido empleada en otros países. El supuesto "repunte silencioso" de un candidato se presenta como una sorpresa legítima, cuando en realidad es el producto de un diseño algorítmico y una operación de control territorial, particularmente en zonas rurales con débil fiscalización.

Conclusión: Bolivia en el cruce de rutas

Lo que sucede en Bolivia en 2025 no es una elección más. Es el intento deliberado de un bloque transnacional por blindar su hegemonía regional en un país clave, utilizando todos los medios disponibles: asesoramiento extranjero, manipulación institucional y control narrativo. El objetivo no es solo llevar a Andrónico Rodríguez a la presidencia, sino garantizar continuidad ideológica y operativa del evismo en su versión más disciplinada y radical.

La oposición tiene un doble desafío: frenar una maquinaria electoral que ya demostró su capacidad de fabricar resultados, y desenmascarar un proceso que se pretende legal, pero que en el fondo responde a una lógica de ocupación política transnacional. No se trata de ganar una elección, sino de recuperar un país.


martes, 18 de marzo de 2025

Análisis de la jugada masista para salvar el mandato de Arce

 

Análisis de la jugada masista para salvar el mandato de Arce

Por Hernán Terrazas De Alencar

La política y la economía boliviana han sido escenario de complejas transformaciones en las últimas dos décadas, particularmente con la llegada al poder del Movimiento al Socialismo (MAS).
Bajo la presidencia de Luis Arce, desde su elección en 2020, Arce ha enfrentado numerosos desafíos, entre ellos la crisis económica exacerbada por la pandemia de COVID-19 y las tensiones políticas derivadas de la polarización interna. En este contexto, el presidente ha recurrido a diversas estrategias para mantener su influencia política y tratar de superar las dificultades económicas que afectan al país. Hoy, Arce convocó una reunión con los líderes de la oposición, específicamente solo asistieron los más afines al MAS debido a favores adeudados, a saber Manfred Reyes Villa y Chi, con el objetivo de buscar apoyo para su política de financiamiento externo y abordar la delicada situación económica del país, para no entrar en default por falta de pago del servicio a la deuda externa.

Bolivia, al igual que otros países de la región, ha sido golpeada fuertemente por la crisis económica derivada de la pandemia. La caída en los precios de las materias primas, la disminución de las remesas, y la reducción de la inversión extranjera directa han sido algunos de los factores más significativos que han afectado la economía nacional, pero sin duda el agotamiento de sus reservas de gas. A pesar de que el gobierno de Luis Arce ha intentado implementar medidas para mitigar los efectos de esta crisis, como la ampliación de los programas de asistencia social y el impulso de proyectos de infraestructura, la deuda externa y los problemas fiscales continúan siendo desafíos cruciales.

En este contexto, el presidente Arce ha enfatizado la necesidad de buscar financiamiento externo para continuar con los proyectos del gobierno y cubrir las crecientes necesidades fiscales. Claro que esto de vista al público, lo cierto es que si esta semana no paga el servicio de la deuda externa, Bolivia entraría en el temido default que acarrearía otras serias consecuencias para el gobierno masista. La política de financiamiento externo, que incluye acuerdos con organismos internacionales y gobiernos extranjeros, ha sido uno de los ejes centrales de la gestión de Arce. Sin embargo, la relación del gobierno con instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial no ha estado exenta de tensiones, principalmente debido a la desconfianza histórica de Bolivia hacia estas entidades, exacerbada por el legado del gobierno de Evo Morales.

Uno de los puntos más críticos en esta estrategia de financiamiento externo ha sido la necesidad de asegurar la importación de combustibles. Bolivia, un país tradicionalmente productor de gas natural, ha tenido que enfrentarse a una falta de recursos para importar combustible, lo que ha llevado a Arce a hacer declaraciones alarmantes sobre la posibilidad de que el país tuviera que acostumbrarse a vivir sin importar combustibles, ante la incapacidad de cumplir con los pagos internacionales. Sin embargo, de manera inesperada, tres buques cisternas llegaron al puerto chileno de Arica, lo que ha permitido al gobierno evitar una crisis energética inmediata y ganar algo de tiempo.

La Jugada Política de Luis Arce: Convocar a la Oposición

El reciente movimiento de Luis Arce al convocar a los líderes de la oposición, Manfred Reyes Villa y Chi, a una reunión para discutir la situación económica y buscar apoyo para su política de financiamiento externo, refleja un cambio estratégico significativo en su enfoque político. Históricamente, el MAS ha sido un partido que ha mantenido una relación distante y, en algunos casos, confrontacional con la oposición. Sin embargo, Arce ha optado por un enfoque más pragmático, buscando una colaboración política que le permita avanzar en su agenda.

Esta jugada puede ser vista como un reconocimiento de que el apoyo de la oposición es crucial en momentos de crisis económica. La política de financiamiento externo, especialmente en lo que respecta a las relaciones con organismos internacionales, requiere de un consenso más amplio, no solo dentro del gobierno, sino también con sectores clave de la sociedad. Al incluir a los opositores en las discusiones sobre las soluciones económicas, Arce intenta dar una impresión de unidad y compromiso con el bienestar del país, al tiempo que diluye las críticas que lo acusan de actuar de manera autoritaria y sin consultar a otros actores políticos.

Además, la reunión con la oposición puede interpretarse como un intento de Arce por reducir el impacto negativo de la crisis económica en su imagen. Al involucrar a los opositores en las decisiones económicas, busca mitigar la percepción de que el gobierno no está haciendo todo lo posible para solucionar la situación y, al mismo tiempo, buscar apoyo político para evitar un escenario de parálisis legislativa.

Sin embargo el precandidato presidencial Samuel Doria Medina sospechaba días atrás que el Gobierno provocó “artificialmente” la escasez de carburantes para presionar a la Asamblea Legislativa Plurinacional a aprobar créditos externos.  

“Yo tengo la firme sospecha que el Gobierno ha causado artificialmente esta escasez para presionar a que le apruebe el Congreso varios créditos y se ha dado cuenta que eso es inviable”, afirmó Doria Medina en entrevista con Unitel.

Argumentó su opinión al indicar que, de un momento a otro, “de repente” apareció el dinero para importar combustible, que llegó en tres barcos a la terminal marítima de Sica Sica (Arica) y que comenzó a ser distribuido este fin de semana.  

Aseguró que el Gobierno, al percatarse de que no lograría “ese chantaje” en el Legislativo y ante el creciente cuestionamiento a la estabilidad del presidente, ahora está enfocado en abastecer de combustible al país.  

“Entonces, yo creo que el Gobierno se ha dado cuenta que no iba a lograr ese chantaje y está muy preocupado ahora en abastecer porque han empezado a cuestionar la propia estabilidad del presidente y del Gobierno”, afirmó Doria Medina.

La semana pasada, Arce “reconoció” su incapacidad para abastecer de combustible a todo el país debido a la falta de dólares para pagarlo. Esto provocó largas filas de vehículos en los surtidores, el desabastecimiento de algunos alimentos y el aumento de precios.

La convocatoria a los opositores tiene tanto ventajas como desventajas para Luis Arce y el MAS. Es aparentar que Arce y su gobierno dialoga, algo que no quiso hacer estos últimos años, pero sobre todo no tener que precipitar su renuncia.
Aunque esta jugada podría ayudar a Arce a estabilizar su gobierno a corto plazo, el impacto en las próximas elecciones sigue siendo incierto. Si los resultados económicos no mejoran de manera significativa y rápida, la estrategia de buscar apoyo en parte de la oposición podría no ser suficiente para asegurar su reelección.

Luis Arce se enfrenta a una encrucijada política y económica que podría definir su legado y las perspectivas de su partido en las próximas elecciones. Su decisión de convocar a la oposición es una jugada estratégica que tiene el potencial de fortalecer su gobierno, pero también encierra riesgos significativos. Si bien la cooperación con los opositores puede proporcionar estabilidad y apoyo para su política económica, los desafíos estructurales de Bolivia son profundos y requieren soluciones que vayan más allá de los consensos políticos momentáneos.
Una cosa es cierta que Reyes Villa y Chi han sorprendido a su electorado al haberse entregado a Arce, lo que fortalece a la alianza de Tuto Quiroga, Camacho y Doria Medina.