LA POLITICA ECONOMICA COMO UNA FARSA

El gobierno del MAS, entre la masiva desinformación que ha ido creando desde su ascenso al poder, no podía dejar de lado la economía nacional.
Su ministro Arce ha desplegado una campaña publicitaria dizque para fortalecer el uso de la moneda nacional -el boliviano- haciéndo creer que por obra de decretos e imposturas la economía va responder con milagros que nunca llegarán.
Lo cierto es que todos los importadores de facto manejan un dolar diferenciado. Cómo nos podemos dar cuenta de esto es fácil, todo lo que a usted le quieren cobrar en bolivianos está cotizado a 8 bs por dolar y no como pretende el gobierno a 6.96.
Por ejemplo todos hemos notado cuando compramos algo importado que por decir vale 10 dolares, en bolivianos nos venden a 80 bs y no a 69.6 si todo la economía funcionaría como pretende hacernos creer el Sr. Arce Catacora.
Por otro lado esta política económica ha conseguido de enriquecer más a los bancos dado el diferencial de 10 centavos por dolar, lo que admira en un gobierrno que se hace el defensor de los pobres. Pero lo peor de todo es que a las pocas exportaciones que tiene Bolivia, las ha perjudicado tremendamente ya que ha encarecido las mismas y claramente la poca competitividad que tenían en el mercado externo.
Por otra parte no sabemos si realmente los masistas se creen su propia mentira de que vivimos en bonanza, pero lo cierto es que tapan el sol con undedo y no saben como resolver el problema del subsidio de los carburantes, debido a que cualquier disminución en dicho subsidio ocasionará una inflación incontrolable y logicamente la caída de este gobierno.
Solo basados en estos dos aspectos de la política económica que son el control de divisas y los subsidios a los carburantes, vemos que la política económica de este gobierno es una farsa, con el único objetivo de mantenerse en el poder.
El desenlace fatal es esperar la llegada de un gobierno que venga a arreglar estos desajustes macroeconómicos, y lo tendrá que hacer al estilo 21060, con dolor para los que siempre están desprotegidos de estas políticas, a saberse, los trabajadores que no tienen ingerencia en las escaladas inflacionarias.